Habemus Papam: Robert Francis Prevost elegido Papa León XIV

En un día trascendental para la Iglesia Católica, el Colegio Cardenalicio, reunido en la Capilla Sixtina, eligió al cardenal Robert Francis Prevost Martínez como nuevo Pontífice, quien tomará el nombre de León XIV. La tradicional fumata blanca apareció sobre el horizonte romano poco antes de las 18:00, desatando el júbilo entre los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Con la fórmula «Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam», el Cardenal Protodiácono anunció al mundo la elección del nuevo sucesor de San Pedro. Momentos después, León XIV se presentó por primera vez ante el pueblo de Dios como Obispo de Roma, visiblemente conmovido y sereno, transmitiendo un breve y sentido mensaje:

Queridos hermanos y hermanas, gracias por su cálida bienvenida. Caminemos juntos con fe, humildad y esperanza. Que el Señor nos bendiga a todos.

Un perfil internacional con raíces misioneras

Nacido en Chicago en 1955, Robert Francis Prevost es miembro de la Orden de San Agustín y una figura muy respetada tanto en América como en el Vaticano. Su trayectoria destaca por el equilibrio entre formación académica, experiencia misionera y capacidad de liderazgo. Tras ser ordenado sacerdote en 1982, Prevost dedicó muchos años a la misión en Perú, sirviendo en comunidades como Trujillo, Iquitos, Apurímac y Chulucanas, donde dejó un perdurable legado pastoral centrado en la cercanía, la justicia social y la escucha de los pobres.

En 2014, fue nombrado obispo de Chiclayo, y en 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes de la Curia Romana. Desde entonces, desempeñó un papel clave en la renovación del liderazgo episcopal en todo el mundo.

Prevost es multilingüe (habla con fluidez inglés, español, italiano, francés y portugués) y es conocido por su carácter accesible, su espíritu sinodal y su capacidad para construir puentes entre culturas, generaciones y perspectivas eclesiales.

El legado de San León y una visión para el futuro

La elección del nombre León XIV es una clara referencia a San León Magno, papa del siglo V, célebre por su claridad doctrinal y liderazgo en tiempos turbulentos. Con este gesto simbólico, el nuevo Papa sugiere que su pontificado combinará la defensa de la fe con una renovada apertura al diálogo, la misericordia y la reforma.

En su primer discurso, el nuevo Pontífice aludió a las prioridades que definirán su misión: una Iglesia en salida, al servicio de la humanidad y comprometida con la paz, la justicia, el cuidado de la creación y la defensa de la dignidad humana.

Reacciones de la Iglesia y del mundo

La elección de León XIV fue recibida con alegría y entusiasmo por los fieles y líderes religiosos de todo el mundo. En la Plaza de San Pedro, miles de personas aplaudieron y celebraron la primera aparición pública del Papa desde el balcón central de la basílica, donde pronunció sus palabras con sencillez y esperanza.

La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos expresó su “alegría y gratitud al Espíritu Santo”, mientras el episcopado peruano recordó con cariño los años de servicio del nuevo Papa en las comunidades andinas y amazónicas.

Líderes de otras denominaciones cristianas y religiones del mundo acogieron su elección como una oportunidad para el diálogo y el entendimiento mutuo. Desde Latinoamérica, África y Asia —continentes donde la Iglesia está cobrando vitalidad— llovieron mensajes de apoyo y esperanza.

En el frente político, numerosos jefes de Estado y funcionarios de gobierno enviaron sus felicitaciones, subrayando el papel del Vaticano como actor clave en la diplomacia global y voz moral en los asuntos internacionales.

Una Iglesia llamada a caminar junta

La elección de León XIV llega en un momento de profundos desafíos: la secularización en Occidente, el sufrimiento de las Iglesias perseguidas, la polarización ideológica, el cambio climático, las crisis migratorias y la constante necesidad de reformas internas. Ante esta situación, el nuevo Papa se presenta como una figura unificadora, que prioriza la cercanía pastoral y la consolidación del proceso sinodal iniciado por su predecesor.

Con experiencia en realidades multiculturales y profunda sensibilidad hacia los márgenes sociales y eclesiales, León XIV encarna una Iglesia que escucha, acompaña y sirve.

Un nuevo capítulo comienza

El inicio del pontificado del Papa León XIV marca un momento de renovación espiritual y esperanza para más de 1.300 millones de católicos en todo el mundo. Su elección refuerza la dimensión misionera y global de la Iglesia, así como su vocación de dialogar con el mundo contemporáneo.

Desde la Plaza de San Pedro hasta las comunidades más remotas, los fieles comienzan a rezar por su nuevo Pastor, conscientes de que su liderazgo será decisivo para guiar a la Iglesia en esta nueva era de cambio y compromiso evangélico.